Ayer se disputaron las 3 h de resistencia de Manresa, todo un clásico de la FMM.
Después de más de diez años sin participar ayer volví a gozar de esta modalidad tan intensa y explosiva de BTT.
Participamos en equipos de 3 en la modalidad mixta (aunque después estábamos en la categoría de veteranos 40) Jordi, David y yo.
Para los que no conocéis cómo funciona, se trata de dar el máximo de vueltas, por un circuito técnico de unos 2,7 km durante 3 h, los tres participantes, que nos vamos turnando a cada vuelta que hacemos.
Decidimos que empezara David, que es el más rápido. La primera vuelta es la peor. Todo el mundo sale al máximo y después de la línea de salida a los 50 m hay un paso estrecho donde lo difícil es no caer. Una vez hecha la primera vuelta de David, era mi turno, salí con muchas ganas, con un poco de respeto de no hacerme daño, ya que es un circuito con muchas «S», vueltas, alguna bajada complicada … Y a los 100 m mientras bajaba por unas escaleras, ¡se me sale la cadena! Menos mal que en 30″ la puse y… ¡En marcha!!! ¡No ha pasado nada! Salté un escalón y subí por una subida seguida de «S» y más «S», muy divertido, pero me falta práctica y quería ir lo más rápido posible. Después venía una recta con algunas bajadas y otras curvas, pero te permitía ir más rápido. Íbamos coincidiendo con algunos ciclistas pero sin molestarnos. Iba muy concentrada (es fácil desconcentrarse y caerte al suelo). La segunda parte del circuito todavía estaba con bajadas y subidas, sin dejar los virajes que eran siempre muy cerrados. La última parte fue la más divertida para mí; tenías que tener cuidado porque era un terreno con arena y patinaba mucho, pero estaba lleno de «pumps» muy entretenidos. Aquí las pulsaciones bajaron un poco, pero al terminar cogí una recta a tope para llegar lo antes posible y dar el relevo a mi compañero. Aquí vi a mis hijos que habían llegado y me empezaron a animar corriendo a mi lado.
Ahora tenía unos 17′ para descansar, beber agua, comer algo, hasta volver a salir y que David volviera a pasarme el relevo.
¡Ya había pasado el tiempo! Me tocaba salir de nuevo; ¡segunda vuelta! A ver si no me topaba con ningún obstáculo… y salí «a tope». Esta vez no bajé por las escaleras. Cogí una rampa como alternativa y me fue mejor. En esta vuelta ya estaba más ágil, más familiarizada con el circuito. Hice la primera mitad más rápido, muy alta de pulsaciones, pero de eso se trata. Son menos de 10′ por vuelta que debes ir a todo lo que puedas. Cuando subí por la subida de la segunda mitad del circuito, mi familia estaba allí, animándome. Esto siempre te motiva y te hace pedalear aún más rápido. Me adelantó una chica que no quería dejar escapar y cuando entramos en la zona de los «pumps», quería ir tan rápido, que… ¡Me patinó la rueda y me caí al suelo! Enseguida me levanté y ¡gas! Normal, con un circuito así y falta de práctica. Segunda vuelta finalizada.
Me gusta esto de las 3 h, hacerlo en equipo, ayudándonos, comentando las vueltas, hablando con uno y otro. ¡Es divertido!
La tercera vuelta ya fue mejor, sin ningún obstáculo y cada vez con más agilidad, ya que iba conociendo más el circuito, aunque con las pulsaciones al máximo y cada vez con más dolor en las piernas pero, sobre todo, disfrutando mucho.
Aquí ya llevábamos la 1 h y media, así que seguramente tendría que dar 3 vueltas más.
Fuimos dando las vueltas con la misma dinámica y más o menos con el mismo tiempo, sin ningún susto por parte del equipo.
Cuando terminé la quinta vuelta, miré el tiempo y quedaba 25′ para cumplir las 3 h, así que me tocaría volver a salir, ya que Jordi y David tardaban unos 16′.
La última vuelta ya era la sexta y por el tiempo que quedaba, era la última en salir, y a Jordi que venía detrás de mí ya no le tocaba «en teoría». Esta última vuelta la cogí con muchas ganas. Ya habían pasado 3 h y la familia y amigos continuaban animándome durante todo el circuito. Lo disfruté mucho, aunque las piernas ya empezaban a estar blandas. En los últimos metros iba a todo gas, ya que estaba luchando con un chico jovencito y llevábamos medio circuito pedaleando juntos, así que lo di todo porque lo tenía justo detrás, y cuando pensaba yo que sería la última en dar vueltas, le hice sin querer una jugada a mi compañero. ¡Por 20″ tuvo que salir a dar la última vuelta! Me supo mal porque él ya pensaba que había terminado… Bueno, una anécdota más que contar.
El próximo año volvemos!!!»