Scott Cup Costa Brava

2 de octubre, 8:30 h. Línea de salida en Tossa de Mar. ¡A punto de disputar la segunda prueba de Scott Cup!

Esta vez, a diferencia de la primera prueba Scott Cup Pirineus, me pongo hacia delante en la línea de salida, a fin de no perder tiempo con los tapones que se forman al principio.

Salimos a tope por una pista con una curva a la derecha, donde más de uno ya aterriza en el suelo, y a 100 m ya empezamos a subir por una pista bastante empinada, donde las pulsaciones se ponen al máximo. Aquí adelanto a dos chicas y me sitúo primera por unos minutos, hasta que me pasa una rival que va muy ágil en la subida. Vamos corriendo y no la pierdo de vista. Subimos varios km más y empiezo a adelantar chicos. Hasta el kilómetro 10 ha sido una subida progresiva combinada con algunos tramos de bajada, pero por lo general no hemos parado de subir. Son 1400+ con 44 km.

Está siendo una carrera exigente; a parte del desnivel vamos por pistas que resbalan mucho debido a una especie de arena de playa gruesa, típica de la Costa Brava.

A partir del km 10 hasta los 15 km no hemos parado de subir, el desnivel ha sido muy duro, pero muy chulo. Me he encontrado bien y todavía he mantenido la segunda posición, con unos ritmos bastante altos por ser una prueba de BTT. La carrera ha continuado siendo realmente muy bonita y dura. Una vez en Sant Grau nos hemos desviado por un sendero «ciclable» muy chulo, pero a los 200 m, ya lo avisaba un cartel: a partir de aquí comienza una zona muy técnica. Hemos empezado a pasar por unas rocas grandes y llanas, donde hay que ir con mucho cuidado y realmente, sí, ha sido un sendero difícil, que por suerte, la tina telescópica me ha ayudado a bajar. Lo he hecho todo sobre la bici y con un buen ritmo durante los 3 km que hemos estado pasando por ahí, manteniendo los brazos con una tensión importante. Pero estoy feliz de no haber tenido que bajar de la bici y no haber perdido tiempo. He continuado por una pista muy empinada de bajada hasta el kilómetro 23, y hasta aquí he ido muy bien de tiempo.

Ya llevamos media carrera, esto se anima, ahora ya vamos restando kilómetros y volvemos a subir y subir. Lo cierto es que me siento bien de piernas y me pongo con un grupo de chicos que van al mismo ritmo. Cuando ya hemos subido a lo más alto en el kilómetro 30 nos ponemos por un sendero muy bonito y «ciclable», hasta que de repente vemos un sendero de subida imposible de hacer sobre la bici. Las cargamos en los hombros y hacia arriba, con las bicis a cuestas, y cuando ya hemos hecho bastante trecho, y a punto de llegar a la colina, nos hemos dado cuenta de que nos hemos perdido y que no hay cintas. ¡Mierda! Ya no podré optar al podio.

Hemos decidido subir hasta lo alto y luego hemos bajado por una pista muy empinada llena de piedras sueltas, donde me he caído de cabeza. Por suerte no ha sido nada, y ha tocado continuar hasta encontrar la pista por la que iba la carrera.

La verdad, esto da mucha rabia. Ahora tengo dos opciones: o rendirme y pensar que ya no tengo opciones al podio, o darlo todo a fondo para intentar atrapar a la segunda y ver si puedo estar en tercera posición. ¿Sabéis lo que he decidido, no?

Evidentemente, la segunda opción. He continuado por la pista a una velocidad muy alta, me quedaban 10 km para llegar a meta, me encontraba bien, y he creído que podía hacerlo.

Ahora sí que venía una subida infernal de 2 km, y llena de arena que hacía resbalar mucho la bici. La mayoría de gente subía empujando la bici, yo he podido hacer una parte empujando y otra sobre ella. ¡Va, que ya queda poco, Cris! Sin dejar de darlo todo, una vez arriba ya casi lo tenemos, solo queda bajar, y alguna pequeña subida que siempre te dejan para el final.

Una vez llegados a la cima de Montagut, hemos empezado a bajar por pista, hasta que ya nos hemos puesto en un sendero de bajada bastante técnica hasta estar a 2 km de la meta. He ido con otro chico, bajando rapidísimo, sin pensar en la dificultad. Le he contado lo que me había pasado, y… cada vez que hemos visto a alguien delante que no bajaba muy bien, él se ha encargado de decir que yo era la tercera chica y que nos dejaran pasar, y así durante todo el sendero hasta 2 km de la meta. Ya termina la zona técnica, y hemos ido los dos a fondo. Él me ha acompañado hasta la línea de llegada.

Al final he quedado tercera. No he podido atrapar a la segunda chica solo por 40 segundos. ¡Lástima! Quién sabe, si no me hubiera perdido, quizás hubiera podido ganar.

Estoy muy contenta por las sensaciones, y ya tengo una anécdota más que contar.

¡Seguimos!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio